lunes, 30 de diciembre de 2013

CERRADO POR AJUSTES DE OBRA


Nos vemos en enero, entre tanto que los mmxiv deseos solicitados culminen en su cima.
Un abrazo de JP, su amigo.

sábado, 21 de diciembre de 2013

RESPUESTAS A TRADABORDO

Cuestionario de Caroline Lepage para Javier Perucho



1) Tradabordo (T). ¿Cuánto hace que escribe y qué lo impulsó a escribir?
Como aficionado, desde la infancia. Profesionalmente, desde mis tiempo de la licenciatura en Letras Hispánicas en la UNAM, donde estudié del bachillerato al doctorado.
Ahora bien, mi anhelo de escritor ha sido convertirme en un contador de historias, sueño que sepulté por un tiempo, mientras me afianzaba como editor, historiador y analista de la literatura mexicana. Ya vencida esa ansiedad, acabo de finiquitar “Anatomía de una ilusión”, mi primer libro de relatos.
El impulso: aprehender aquella ilusión postergada que habita en la anatomía de un relato.

2) T. ¿Qué clase de lector es?
Desde que aprendí a leer, reviso los carteles, los grafitos callejeros, la lista de la despensa, los libreros ajenos, los puestos de libros añejos tendidos en la acera. Como lector de libros, reviso dos o tres en paralelo sobre temas históricos, novelas recientes, microrrelato, historia literaria, crónica y poesía.

3) T. ¿Cuáles han sido sus principales fuentes de inspiración llegado el momento de escribir —ya sean del campo literario u otros?
La oralidad. Escuchar a mis compatriotas a la salida del trabajo, mientras faenan, caminan por las calles o riñen en la soledad de sus matrimonios, se ha convertido en el despertador de las historias que procuro narrar. En la búsqueda de los conflictos humanos y su resolución cuentística, ahí encuentro su catalizador.

4) T. ¿Cuando escribe, piensa en el “lector”, si así fuera, quién / cómo / dónde está?
El lector se convierte en mi fantasma cuando el libro, el relato o el ensayo fue hecho público, entonces me ocupo por indagar entre mi lectorado sus impresiones. En ese momento le realizo preguntas dirigidas sobre su comprensión, inferencias, objeciones, dudas; en fin, procuro su retroalimentación.

5) T. Cuando está falto de inspiración, ¿dónde o cómo la encuentra de nuevo?
En el sueño y la vigilia encuentro habitualmente el alimento que inspira los actos de mi escritura. A veces la desata una conversación, una palabra escuchada al azar, la lectura de un libro memorable.
Como se trata de un ente harto quisquilloso, a la inspiración nunca la convoco inútilmente: espero su llegada mientras digito párrafo tras párrafo en la computadora. Si llega, la acompaño y aprovecho la ocasión hasta que se desvanece.

6) T. ¿Nos puede hablar un poco de los cuentos traducidos aquí?
“Vida de la mosca” y “Bolero” fueron entresacados de “Anatomía de una ilusión”, un libro que espera los tipos móviles de la imprenta para su exposición pública.
Bolero (« Boléro »): Nació de una noticia periodística: Apuñalan a un cocinero sobre la estufa de un restaurant. Tragedia que me susurró al oído el conflicto humano al ir compurgando la historia, luego hilvanada en “Anatomía de una ilusión”, en la que adoquina una serie integrada a una novela disfrazada de microrrelatos.
Vida de la mosca (« La Vie de la moche »): en un tianguis, al preguntar por una talla de madera, que reproducía la silueta de una sirena, la artesana oaxaqueña que me la ofertaba espantaba una mosca con unas palabras muy dulces, agitando su mano y pidiéndole suavemente que se alejara de su puesto, o se vería obligada a aplastarla. Si aquí no hay nada dulce, qué buscas aquí, la recriminaba.

7) T. ¿Qué impresión le causa saber que sus cuentos fueron traducidos?
Ahora bien, ¿qué impresión tuve al recibir la noticia de su traducción, que, por lo demás, esperaba con ansiedad? Me impresionó tanto que levité, aunque a días de la noticia sigo volando, pero ya con los pies en la tierra. Notifiqué a mis amigos con la invitación de consultar el blog de Tradabordo, de esa visita se desprendió la iniciativa de un amigo que compone la melodía para “Bolero”, cuya factura tuvo como paradigma compositivo la canción de José Alfredo Jiménez, Por tu maldito amor.
Con las traductoras mantengo una deuda a perpetuidad. Gracias a Élodie Peeters, Sophie Beddow y Cyrielle Peltier, de la Université de Poitiers, por su tiempo, dedicación y amor por la escritura de ficción.

8) T. ¿Qué opinión le merecen las nuevas tecnologías en lo que a literario se refiere?
Como escaparate son ideales para la difusión y exposición del trabajo artístico. Sin embargo, en nada modifican la artesanía de la literatura o de las artes en general, cuya composición seguirá siendo un trabajo compurgado en medio de la soledad absoluta.

9) T. ¿Si estuviera en el lugar de Rilke, qué consejos le daría a un “joven poeta / escritor”?

Nunca sería capaz de usurpar el lugar del Poeta. Y en caso de que me solicitaran un consejo apenas diría que el duro y permanente trabajo hacen al escritor.

Entrevista publicada en Entretiens Lectures d’ailleurs:

sábado, 14 de diciembre de 2013

LECTURES D’AILLEURS

Recueil de nouvelles dEspagne et d’Amérique latine 





Dejo el link de dos microrrelatos de Javier Perucho traducidos al francés, gracias a Élodie Peeters, Sophie Beddow y Cyrielle Peltier:

« La Vie de la moche » / «Boléro » — J. Perucho (Mexique).

« La Vie de la mouche » Traduction de l’espagnol (Mexique) Élodie Peeters (Université de Poitiers).
« Boléro » Traduction de l’espagnol (Mexique) Sophie Beddow / Cyrielle Peltier (Université de Poitiers).


viernes, 29 de noviembre de 2013

ROSTROS DE UN SEMESTRE



Leyeron como nunca lo habían hecho, aquí se asoma su anonimato en la primera imagen pero en la segunda, se les ve felices, como habitualmente fueron en la construcción de cada clase. 
Queridos alumnos, muchas gracias por acompañarme con su palabra edificante, lecturas, escritos y nostalgias de otro tiempo compartido.
Cual día domingo, leyeron cuatro libros (El Diosero, Relato de un náufrago, Frankenstein y, para cerrar el curso, Canek). Asimismo, escribieron sobre experiencias varias, como Mi primer beso, Autobiografía, entre otras, además de exponer temáticas procedentes de las lecturas señaladas.
En la siguiente imagen, destapo sus identidades con su autorización.



Fotos: JP, San Lorenzo Tezonco, diciembre, 2013.

viernes, 22 de noviembre de 2013

PAPASQUIARO


Hace unos ayeres, cuando Ulises Lima no era tan buscado como hoy; cuando los infras no eran moda ni nadie los pelaba. Por ese entonces Santiago Papasquiaro nos facilitó estos poemas como los otros trovadores vivos hicieron lo mismo. Hoy que los rescata del olvido el director de la revista literaria Crasis, Mario Cruz, también poeta bajo los efluvios infrarrealistas, aunque diga que no y haga berrinche, recuerdo con nostalgia esa época de aventuras, rones escanciados, largas tertulias sin nombre, bares penumbrosos y una pobreza inexplicable. 
Hasta donde recuerdo el número tres de Crasis, que nunca llegó a la imprenta, contenía otros poemas inéditos de Papasquiaro, y ahí siguen, arrumbados en mi añeja computadora Mac, rebien instalada debajo de mi escritorio, apacible en su justo sueño. 
Como cada número, esta revista fue diseñada y formada en PageMaker, luego adosadas sus planas a las viejas maquetas de composición para ser llevadas al fotolito para sacar negativos y luego llevadas a las prensas de impresión, que de ello se encargaba don Mario. Por eso —si se fijan bien— las líneas de ciertos párrafos tienen una inclinación, ya que el adhesivo no fue suficiente para fijarlos, o el señor director dormía la mona sobre ellos. 
Cada número fue ilustrado por un dibujante pero no recuerdo sus nombres. Y en cada entrega venía una selección de un vate oscuro, olvidado del canon, tales como Orlando Guillén o Santiago Papasquiaro, hoy vuelto celebridad por Los detectives salvajes.
Les comparto, por cortesía de Mario y Homero Quezada, unas estampas de aquel pasado.



Don Mario Cruz afirma en su cuenta de FaceBook, de donde provienen las imágenes aquí lucidas: “Hace casi dieciocho años publicamos el número uno de la revista Crasis. A manera de editorial un poelectrón de Oliverio Girondo, seguido de un infrapoema de Mario Santiago Papasquiaro, el ahora mítico Ulises Lima de los Los detectives salvajes. En el número dos apareció un texto de Pedro Damián Bautista y un dossier del inmortal Orlando Guillén. El núcleo de esta revista de literatura lo formaban Javier Perucho, Homero Quezada, José Francisco Zapata, el infame Marco Ruiz y su servilleta.” 
Mario cierra con esta puntualización: “Cierto, iba a aparecer un dossier dedicado al Mario. Los textos me los pasó su viuda, la ahora también difunta Rebeca, quien aparece muy fugazmente en los Los detectives salvajes. Ái tengo los originales.”


Homero Quezada, el otro referido por el señor Director, al habla desde su cuenta de FaceBook, expone su punto de vista singular: “Recuerdo, sobre todo, al ferocísimo consejo de redacción —presidido por su irreductible dire Mario Cruz— al cual no se le iba una y que hasta se deba el lujo de vapulear a plumas glorificadas. También recuerdo las ríspidas e inspiradas disputas entre Pancho Zapata y el inmortal Orlando Guillén. Una vez, Pancho me llamó por teléfono. Me dijo que estaba cerca de mi casa, pero que no se acordaba cómo llegar. Lo encontré en la esquina con Guillén; ambos, borrachos como perros y zampándose unos tacos de guisado. Desde lejos alcancé a escuchar que discutían acaloradamente y me preparé para atestiguar la iluminada polémica de los infra-vates. Me decepcioné profundamente: la discusión residía en cuál de los dos iba a pagar el consumo. Acabé sufragando el gasto.
De las tabernas penumbrosas, la verdad, sólo me viene a la memoria el Oriz Bar, mejor conocido como La Apestosa. Cuántos buenos momentos.”
En su momento recabaré la opinión turbulenta o apacible de Francisco Zapata, que depende del agua bendita que haya ingerido, el otro poeta ultra infrarrealista mencionado.
Hojas de papel revoloteando sobre un pasado vivido a plenitud, que hoy me revuelve la nostalgia y ondula la tristeza.


Nota bene: David Chávez, desde Colima, me manda estos enlaces para enriquecer el encuentro con Ulises Papasquiaro: