viernes, 15 de abril de 2011

LOS LIBROS DEL BLOG


Celulosa, internet o tijera

Mucha y buena literatura tiene asiento y sustento en las bitácoras de escritura que el ciberespacio sanciona. Incluso hay quien puede afirmar que la mitad de la literatura del hoy se encuentra en internet, Andrés Neuman así lo pontificó en una entrevista virtual. Creo que hay verdad en sus palabras. También creo que este soporte de la escritura se ha convertido en un vertedero, donde se airea desde la pobre vida del vecino hasta la insensatez de que el libro es una especie en estado de extinción.
La crisis en que encalló el periodismo, permitió que cualquier ciudadano estampara en la red su visión del mundo. Los mundos de papel que el diarismo animaba fue complementada o relevada por los soportes que facilita el mundo libre de internet. Desde entonces, ya probada su eficacia por los profesionales y amateurs de la escritura, el blog y otros soportes multimediales pasaron a formar parte de sus quehaceres y deberes con la palabra escrita. Así, el blog se convirtió en su soporte, vía de transmisión y medio conservacionista. Sin embargo, qué sucede cuando ese ejercicio escritural abandona los soportes virtuales para estamparse en celulosa. ¿Su audiencia se amplía? ¿Sufren cambios los contenidos, por aquello de que el medio es el mensaje? ¿La interacción autor-lector se modifica? Meras preguntas que me hago al calor de las teclas mientras hojeo la edición de El último cuaderno. Textos escritos para el blog, aquel espacio virtual que José Saramago mantuvo hasta pocos días antes de su fallecimiento, que aún sigue vigente en el ciberespacio, http://www.josesaramago.org/?lan=es, auspiciada por la Fundación Saramago.
El libro de Fernando Valls, Los microrrelatos de La Nave de los Locos, comentado aquí en su momento, fue el primer libro del que tuve noticia que se desprendió de la red de redes para imprimirse en las ventajas que ofrece el papel. Y su dimensión fue la primera sorpresa. La amenidad gráfica de la edición fue otra. Recorrer a capricho sus estancias, dialogar con sus huéspedes y la sensación física de su volumen fueron otras más. Obviamente, pertenezco al antiguo régimen de la lectura, por ello prefiero el aire que me conceden los folios para mi solaz, instrucción y crecimiento.
Por su naturaleza, el libro me permite transportarlo, hojearlo, regresar al pasaje memorable o repetir el oscuro; por su parte, la bitácora requiere de un intermediario para que su lector pueda interactuar con él. El libro todavía mantiene sus ventajas sobre cualesquier soporte de lectura virtual. Apunto una sola: la economía del libro, pues su lectura aún es más económica. No me extiendo en los detalles, pero sólo piénsese en la inversión para acceder al libro electrónico, el blog, la página web y sus instrumentos: la pc, el Ipad o cualesquier otro mecanismo de lectura, transporte y difusión electrónica, instrumentos que ofrecen estatus, alternativas del ocio, entretenimiento. El libro tiende un diálogo, la posibilidad de acercarme al mundo, autoconocimiento.
Ahora me concentro en el libro desgajado del blog de Saramago.

[Continuará…]



El último cuaderno. 
Textos escritos para el blog. 
Marzo de 2009-junio de 2010, 
prólogo de Umberto Eco, 
traducción de Pilar del Río, 
México, Alfaguara, 2011, 281 pp.