domingo, 15 de agosto de 2010

APOLOGÍA DE UN GÉNERO

EL BENJAMÍN DEL CUENTO

El microrrelato español encontró en Fernando Valls a su primer historiador y a su mayor apologista. A su vez, Latinoamérica encontró al antólogo del género practicado en las más recientes décadas por los microcuentistas, esos cultores de breverías.
En Soplando vidrio y otros ensayos sobre el microrrelato español (Madrid, Páginas de Espuma, 2008) Valls fijó las fuentes, los autores, los periodos, el corpus, un canon embrionario, las estrategias narrativas de una tradición literaria que se remonta al siglo XIX, si nos atenemos a la documentación probada que recolectó para establecer esta primera historia del género en España, entonces y ahora pionera en su naturaleza, pues no se disponía de ninguna investigación sistemática que entre sus propósitos acometiera el origen, la evolución y la permanencia de esta singular arquitectura literaria en la península. Previo a esta gran empresa de cultura literaria, formó una antología cuyo nombre fáunico capitaliza su naturaleza escurridiza, Ciempiés. Los microrrelatos de Quimera (Barcelona, Montesinos, 2005) cuyos adelantos narrativos aparecieron mientras fue director de la afamada revista Quimera, en una de sus épocas de esplendor cultural, en el quinquenio 2001-2006, durante el cual escritores de las dos orillas atlánticas expusieron avances de su trabajo y dialogaron con sus pares europeos, además de fomentar la consolidación de nuevas voces, de aquí o de allá. A estas tareas de divulgador y analista literario, se aferra la estafeta del editor: Fernando dirige la colección Reloj de Arena (Palencia, Menoscuarto Ediciones) cuya diana se circunda por el cuento brevísimo, en la que han sido publicadas antologías, una teoría del microrrelato y las obras capitales de los autores señeros que han legitimado al género. Legitimado y legalizado además por los afanes académicos, tareas culturales, rescate y difusión del benjamín de los géneros, por labores y gracia de este apologista.
Consecuencia natural de tales afanes, apareció a inicios de este año centenario Velas al viento. Los microrrelatos de La Nave de los Locos. Siguiendo la misma estrategia de difusión privilegiada en Quimera, sólo que valiéndose de otro soporte de lectura, los microrrelatos amparados en esta antología fueron dándose a conocer en una bitácora que el historiador literario español (Almería, 1954) regentea en la blogósfera. Es probable que Velas al viento sea la primera antología en el reino literario que haya nacido en las entrañas de una bitácora electrónica, del blog que su autor auspicia desde hace un trienio en el ciberespacio, La Nave de los Locos: lanavedeloslocos.blogspot.com.
Valls congrega en este florilegio a ochenta autores procedentes de las diversas regiones hispánicas, del sur al norte americano hasta la península ibérica. Sus labores de compilación, crítica e historiografía encontraron aquí su consagración genérica, pues comulgan en sus más de trescientos folios los caudillos, los capitanes y los cadetes que con sus artificios han convertido al microrrelato en ese arte miniado de narrar el tránsito del hombre por las llanuras de la dicha y las estepas del dolor.
En medio de esa tropa marinera que navega por la libertad de las Velas al viento, agitan sus remos cuatro escritores mexicanos, hermanados en las tintas del microrrelato, para que ese barco poblado de locos lúcidos arribe a su puerto más seguro de las manos del lector y los felices ojos de su lectura.








Fernando Valls, Velas al viento. Los microrrelatos de La Nave de los Locos, Granada, Cuadernos del Vigía, 2010, 352 pp. (Cuentos del Vigía, 10)