viernes, 7 de mayo de 2010

COLUMNA INVITADA

SEÑOR CONSULADO
Leonardo Ffrench

Sin olvidar, y esto no es broma, que como Cónsul General de México en Denver (1992-1995), un sábado me visitó un paisano que me dijo:
—Señor Consulado, quisiera renovar mi pasaporte mexicano. ¿Me podría usted atender?
—Con gusto, le respondí. Es más, le voy a ayudar a llenar su solicitud. Dígame por favor su nombre.
—PEPEPEDRO PEPEPEREZ.
—Perdón, le pregunté, ¿es usted tartamudo? Me respondió:
—No, el tartamudo era mi papá, pero el oficial del registro civil fue un hijo de la chingada.

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